El misterio del asesinato de Prim

En España iniciamos ese siniestro recuento el 27 de diciembre de 1870 con el crimen del general Juan Prim i Prats (1814-1870), presidente del Consejo de Ministros, quien era el principal respaldo del futuro rey de España Amadeo I de Saboya. La responsabilidad del asesinato a arcabuzazos en la Calle del Turco de Madrid (hoy Marqués de Cubas) del político catalán (tan solo un año después de acceder al cargo) quedará en la sombra, aunque con sospechas hacia republicanos radicales y el propio cuñado de la reina exiliada, Antonio María de Orleans, el duque de Montpensier. Los asesinos, vestidos de transeúntes, le dispararon en su coche cuando se dirigía a su casa para preparar su viaje a Cartagena, donde recibiría a Amadeo I de Saboya. Esa noche había defendido en las Cortes su propuesta sobre el futuro monarca.

“Al retirarse del Congreso –según refleja en sus páginas el diario liberal La Iberia– fue asaltado en la calle del Turco el carruaje que los conducía (a Prim y sus ayudantes) por una cuadrilla de asesinos que estaban ocultos en dos coches de alquiler”. “Al detenerse este –proseguía– se bajaron de dos coches de plaza los bandidos, armados de trabucos y carabinas, y rompiendo con el cañón de estos los cristales de las portezuelas del coche, hicieron sobre este varios disparos a quemarropa”.

Prim fue herido a trabucazos la tarde noche de la peor nevada en Madrid. A las 7.30 de la tarde, tras despachar los asuntos del día, el general salió del Congreso de los Diputados por la puerta de la calle Floridablanca. Después de que su ayudante realizara una señal, el cochero acercó el carruaje hasta la puerta. Se despidió de Práxedes Mateo Sagasta, líder del partido progresista, y subió al coche junto a sus dos asistentes, González Nandín y Moya.

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