De todas las luchas entre patricios y plebeyos a lo largo de la República romana, cabe destacar un acontecimiento singular conocido como la Secessio Plebis del año 494 a.C. El éxito de la secesión organizada por los plebeyos, que abandonaron Roma y se organizaron políticamente fuera de la urbe en el Monte Sagrado, supuso un antes y un después en sus aspiraciones por conseguir igualdad política y jurídica frente a los patricios. Eso no significa que antes del 494 a.C. la ciudad de Roma no hubiese presenciado reivindicaciones de los plebeyos, pero todas fueron infructuosas. 

Solo la Secessio Plebis fue la que consiguió el reconocimiento de los órganos de gobierno de la plebe: el Concilium Plebis o Asamblea de los Plebeyos, y el nacimiento de una nueva magistratura, los tribunos de la plebe, que podían oponerse a las decisiones de los cónsules y bloquear senadoconsultos del Senado. Los tribunos de la plebe nacieron con un carácter sagrado y para asistirles se crearon además los ediles. Ya desde el primer momento, los patricios no podían participar en los Concilium Plebis ni ser nombrados tribunos o ediles de la plebe. Es decir, la plebe consiguió el autogobierno dentro de la ciudad de Roma.

La secesión del Monte Sagrado fue, además, un momento crucial para la urbe y estuvo a punto de cambiar su destino. Uno cabe preguntarse :¿qué hubiese ocurrido si los plebeyos que huyeron de la ciudad de las siete colinas se hubiesen negado a regresar?

Un resumen simplificado de lo que ocurrió en Roma en el año 494 a.C. fue que los plebeyos, principalmente los pequeños agricultores arruinados, abandonaron la urbe y se instalaron en el monte Sacro ante unos atónitos patricios, que tuvieron que enviar a sus mejores oradores para convencer a sus ciudadanos de que regresasen. Lo que reclamaban y lo que consiguieron se verá más tarde en este artículo.

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